Hoy, esta noche, mañana transcurre durante las últimas 24 horas de secundaria. Sus protagonistas, Rowan y Neil, han sido rivales académicos durante toda la etapa escolar. Enfrentados a todo, desde exámenes hasta competencias absurdas como flexiones, parecen no poder ni verse.
Pero durante una gincana nocturna organizada como despedida de curso, ambos se ven obligados a pasar tiempo juntos y, con ello, a cuestionar lo que realmente sienten. Lo que en principio parece una comedia romántica entre “enemigos” se convierte en una historia que reflexiona sobre la identidad, la presión por el futuro, el valor de cerrar etapas y el miedo de crecer.
La segunda novela, Pasado, presente, futuro, continúa con la historia de Rowan y Neil, ya convertidos en pareja. Sin embargo, a pesar de ser una segunda entrega, este libro puede leerse de manera independiente.
Ahora, cada uno comienza la universidad en ciudades distintas: ella en Boston, él en Nueva York. A partir de ese momento, ambos intentan sostener su vínculo a la distancia mientras enfrentan nuevos entornos, nuevas exigencias académicas y personales, y cambios profundos a nivel emocional.
La novela está narrada desde la perspectiva de ambos protagonistas, lo que permite al lector entrar en la intimidad de sus procesos individuales. Uno de los aspectos más destacables es la manera en que se representa la vida universitaria: lejos de los estereotipos idealizados, muestra con realismo sus desafíos, la presión del entorno, la soledad y la ansiedad que pueden surgir en una etapa tan esperada como exigente.
Ambas novelas se destacan por su estilo ágil, su tono cercano y su capacidad para construir personajes humanos, con contradicciones, miedos y deseos. Rachel Lynn Solomon logra equilibrar el entretenimiento con la profundidad emocional, sin caer en dramatismos ni en idealizaciones. Las historias que narra no ofrecen respuestas absolutas ni finales perfectamente cerrados, pero sí acompañan al lector en un momento vital donde todo parece estar cambiando.
Aunque están dirigidas a un público juvenil, tanto Hoy, esta noche, mañana como Pasado, presente, futuro pueden ser disfrutadas por lectores de todas las edades. Para quienes están por terminar la secundaria, pueden servir como una compañía sincera. Para quienes ya atravesaron esa etapa, pueden ser una forma de volver a mirar ese umbral entre el “ya no” y el “todavía no” con otra perspectiva.
En un mundo que a menudo exige definiciones rápidas y certezas tempranas, estas dos novelas invitan a habitar la duda, a valorar los vínculos que nos marcan y a transitar el crecimiento como un camino, más que como un destino.