En febrero de 2013, más de 4.000 personas abordaron el Carnival Triumph con la expectativa de disfrutar unas vacaciones de cuatro días por el Golfo de México. Sin embargo, el viaje dio un giro inesperado cuando un incendio en la sala de máquinas dejó al crucero sin propulsión, electricidad, aire acondicionado, agua caliente ni sistemas de saneamiento.
Lo que comenzó como una escapada de lujo rápidamente se transformó en una experiencia caótica y degradante. Con los inodoros fuera de servicio, los pasajeros debieron recurrir a bolsas rojas para desechar sus residuos, mientras los pasillos del barco se convertían en un terreno inhabitable. El calor sofocante, la falta de ventilación, la escasez de alimentos y la incertidumbre general agravaron la situación durante los cuatro largos días en que el barco fue remolcado lentamente hasta el puerto de Mobile, Alabama.
“Fiasco total: El crucero de la caca” es un documental corto original de Netflix, dirigido por James Ross, que reconstruye este episodio a través de un enfoque ágil e impactante. La producción combina imágenes de archivo, muchas filmadas por los propios pasajeros durante el incidente, con testimonios de tripulantes, viajeros, periodistas y especialistas, ofreciendo una mirada crítica y a la vez humana sobre lo ocurrido a bordo.
Más allá del hecho en sí, el documental también pone en evidencia las fallas estructurales de la industria de los cruceros, las políticas de las grandes compañías y las condiciones laborales de quienes trabajan en estas empresas. Con un tono entre lo absurdo y lo revelador, esta entrega de la serie Fiasco total invita a reflexionar sobre lo que sucede cuando el entretenimiento de lujo colapsa y revela su lado más crudo.