Espías soviéticos infiltrados en los Estados Unidos de los ochenta: esa es la trama principal de este drama que regresa a la TV con su quinta temporada. En #BORDER te contamos cómo esta ficción sobre el pasado llegó a ser una de las series más aclamadas –y necesarias- del presente.
Casi como en espejo con la realidad actual, The Americans se ubica en un momento histórico en el que Estados Unidos y la Unión Soviética mantenían relaciones tensas, durante los tiempos de la Guerra Fría, a comienzos de los años ochenta. Ni siquiera los guionistas, cuando estrenaron la primera temporada de la serie en 2013, hubieran anticipado lo que sería el panorama político ahora, en tiempos de Trump y Putin, con norteamericanos y rusos que volverían a tejer y destejer vinculaciones y relaciones internacionales tan «estrechas». A punto de estrenar su quinta temporada -que será la anteúltima- este drama es aclamado unánimamente por la crítica es una joya en el panorama seriéfilo actual.
Ambientada en la década de los peinados inflados y el synth pop, The Americans sigue a un hombre y una mujer, una pareja atractiva y joven, quienes mantienen la ilusión, día a día, de ser la familia tipo norteamericana en Washington DC: un trabajo como agentes de turismo; dos hijos (una adolescente; otro, entrando recién en ese terreno) y una casa linda, con auto estacionado al frente, una rutina totalmente normal. Sin embargo, las vidas de Phillip (Matthew Rhys, Hermanos y Hermanas) y Elizabeth Jennings (Keri Russell, Felicity) no tienen ni una pizca de comunes: en realidad son espías rusos encubiertos, parte de un plan de infiltración soviética en territorio estadounidense, que le provee todo tipo de información y también realiza “encargos” de tareas de lo más complicadas. Hasta aquí, parece una historia que tal vez hayamos visto en otro lado. Pero The Americans demostró, temporada a temporada, que bien vale el lugar de privilegio que tiene entre las mejores series dramáticas de la televisión. Veamos algunos motivos de por qué se destaca entre tantas otras (y algunas curiosidades):
- La(s) trama(s): Si una historia de espías de la KGB encubiertos en Estados Unidos de Reagan intentando llevar una vida de apariencias no les engancha, no se preocupen: hay mucho por ver en The Americans. En paralelo al thriller (las misiones a las que se encomiendan Phillip y Elizabeth son demasiado riesgosas y los ponen a prueba a cada paso, lo que ya de por sí nos corta la respiración en cada episodio), está el lidiar con la doble vida que llevan, sus identidades secretas, y lo que esto los afecta personalmente. Además, corre también el drama familiar y de pareja: ambos tienen su forma de pensar la vida, la relación matrimonial y con otras personas (el trabajo les exige sacrificios impensados quizá para parejas monógamas), y su lealtad a su madre patria. Hay cortocircuitos entre ellos, y las contradicciones afloran. Para sumar más al caos, su hija Paige, en plena adolescencia, se inclina cada vez más hacia modos de vida totalmente opuestos a los suyos y tiene incipientes demostraciones de rebeldía, lo que lleva a sus padres a estados de ansiedad extrema. Al fin y al cabo, son una familia. Y, como si eso fuera poco, su vecino -y mejor amigo de Phillip– es un agente especialista en contraespionaje del FBI Stan Beeman (Noah Emmerich), es decir, el encargado de desbaratar este programa soviético de espías en Norteamérica del cual ellos son parte central, y cuyo hijo está en los albores de una relación con… sí, Paige. Todo complica más las cosas. Cómo logra balancear la serie entre uno y otro tema, y cambiar el tono sin perder el rumbo, es admirable, sobre todo cuando la intensidad dramática aumenta con cada temporada.
- Los buenos personajes y el idioma original: En esta serie, por momentos, se habla ruso. Y se lo subtitula. Nada de hablar en inglés “con tonada rusa”, no señor. Ese detalle enriquece y le da mayor veracidad a las escenas; cuando alguna transcurre en Rusia, todo se habla en su lengua. La mayoría de los personajes, por otro lado, logran desarrollarse en profundidad. Elizabeth es dura, muy fiel a su objetivo, y es la más intransigente con el estilo de vida estadounidense de sus hijos. Así como cocina cada noche, también sale en misiones asesinas y no le tiembla el pulso. Los personajes secundarios, tanto los rusos como los norteamericanos, también tienen sus historias súper interesantes de vida. Una de las más destacadas figuras es la hija, Paige, un hallazgo actoral que continúa creciendo y brindando sorpresas, saliéndose del típico rol de adolescente al que estamos acostumbrados a ver en la TV.
- Los guiones aprobados por la CIA: The Americans fue creada por Joe Weisberg, quien además de guionista, showrunner y demás, es un conocedor del asunto: trabajó algunos años en la mismísima CIA. Y es por eso, también, que los guiones de la serie pasan por el tamiz de la Agencia Central de Inteligencia antes de ser emitidos. O sea… si ya vemos esto, imaginen todo lo que no nos muestran.
- La urgencia por revisar la historia pasada contemporánea. Si el triunfo de Donald Trump como presidente de Estados Unidos a fines del año pasado sacudió al mundo entero, y sus vinculaciones –y simpatías- con el premier ruso Vladimir Putin son tapa de diarios y revistas muy seguido, es casi una obligación repasar un poco de lo que sucedió en aquella época cuando la amenaza de la bomba atómica, la carrera espacial y tecnológica, y las represalias (encubiertas) más violentas estaban a la orden del día entre ambas potencias. En la quinta temporada, por ejemplo, ya estamos en 1984 y avanza la Guerra Fría, al mismo tiempo que la paranoia en ambos lados crece, y la lucha pasa al terreno más temido: la escasez de alimentos en Rusia, fomentada por los Estados Unidos. Si hasta hace algunos años ya sabíamos hacia dónde iría el futuro de estos personajes (basados en los hechos históricos), la situación reciente hace pensar que todo puede cambiar… quién sabe dónde y cómo estarán los Elizabeth y Phillip Jennings del mundo.
- La química de los protagonistas y sus grandes actuaciones: Desde el primer episodio se nota que entre Philip y Elizabeth hay mucha onda. Y se ve que esto traspasó la pantalla: los actores, Rhys y Russell, hace años son pareja en la vida real. De hecho, el año pasado tuvieron un bebé. Por otro lado, ambos dan lo mejor de sí en sus interpretaciones de, no uno, sino muchísimos personajes, ya que en sus misiones deben llevar, por momentos, varias vidas paralelas. Lo que hacen estos dos actores es para aplaudir sin parar.
- Las pelucas, otro personaje más: Por último, pero no por eso menos importante (bueno, tal vez sí), podrán atestiguar el que probablemente sea el más impresionante despliegue de producción de pelucas que hemos visto en una serie de televisión. Es que estos muchachos son expertos en disfraces y lo que llevan en sus cabezas es uno de los atractivos principales cada vez que tienen que meterse de lleno en algún rol para sus misiones. También hay espacio para el humor, claro.
Este es el trailer de la nueva temporada:
Drama, política, tensión, acción, aventuras, patadas, buena música, excelentes actuaciones, historia contemporánea, los cientos de disfraces, y más. Todo esto veremos en la nueva entrega, que tiene 13 episodios de una hora. Para los que nunca la vieron, pueden recurrir a Netflix, en donde encontrarán las primeras tres. Para los que van al día (bien por ustedes), la quinta temporada llega a Fox Premium el martes 14 de marzo a la medianoche, con episodio doble de estreno. Imperdible.