De acuerdo a datos del Índice de Salarios del INDEC, el salario privado en dólares es 41 % menor al de noviembre pasado y un 74 % inferior al de noviembre de 2015.

Esta caída se profundizó luego de la devaluación que sufrió el peso en diciembre, cuando el gobierno aplicó un incremento de 118 % en el precio del dólar oficial, llevándolo a $800. De acuerdo a cálculos del Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), después de esa medida el salario privado formal pasó de US$1673 a US$990 en diciembre, medido al tipo de cambio oficial. Si se toma como referencia el dólar blue, la situación es peor, ya que se hundió hasta los US$660.

En tanto, el panorama del empleo en Argentina sufre una contradicción: hay un bajo nivel de desempleo – según INDEC, el nivel de desempleo es bajo, llegando a 5,7 % en el tercer trimestre del año pasado, pero si ben crece la cantidad de gente que busca trabajo, los salarios son bajos y las personas requieren más de un empleo para llegar a fin de mes.
Los salarios no pudieron pelear contra la inflación. A octubre, último dato disponible, los precios habían acumulado un incremento de 120%, mientras que el promedio de los ingresos había crecido 112%.

Si se discrimina por tipo de empleo, los trabajadores informales sufrieron la peor pérdida. Sus salarios aumentaron apenas 84,6% en los primeros diez meses del año.
Pero los empleados registrados tampoco pudieron contra el crecimiento inflacionario: los sueldos del sector público crecieron 118,5% y los del sector privado avanzaron 117,5% en el mismo período.

Según el IERAL, los salarios industriales argentinos volvieron a quedar cerca de los que se pagan en Brasil, lo cual podría impulsar mayores inversiones extranjeras.
De acuerdo a los datos que maneja el Instituto, durante la Convertibilidad, en la década de 1990, los salarios promediaban los US$1000. Sin embargo, la salida de ese régimen significó una fuerte caída, que los dejó en US$300.

Con los años, el peso se apreció, llegando a máximos salariales en 2013 (US$1804) y 2015 (US$1881), pero no resultaron sostenibles desde el punto de vista de la productividad laboral.

A partir de 2014 el peso comenzó nuevamente una depreciación que se profundizó en 2018, con la fuerte devaluación que continuó en los años siguientes y llevó a la baja de los salarios hasta finales de 2020.

Desde 2021 hubo un nuevo período de retraso cambiario, que llevó el salario formal hasta los US$1673 en noviembre de 2023. A partir de ahí, cayó a US$990 luego de la última devaluación.