La empresa argentina de termos Lumilagro resolvió reorganizar su negocio para poder seguir siendo competitiva ante los productos similares que están ingresando desde Asia. Al respecto, avanzará con un sistema de producción mixto, es decir de fabricación nacional e importación.
El gerente comercial de Lumilagro, Carlos Bender, explicó la decisión de reconvertirse ante la crisis en el mercado local y la nueva competencia que significan los productos del exterior que comenzaron a ingresar a bajo costo tras la eliminación de los aranceles para la importación de termos.
Ahora, la firma pasará a un esquema en el que cerca del 60% de su oferta será de termos importados, con diseño y control de calidad propios, mientras que el 40% restante se fabricará en la Argentina. Dentro de ese segmento local, continuarán elaborando el tradicional termo con ampolla de vidrio y, en menor medida, la línea de acero inoxidable.
"Esto es readaptarse o morir. Lo que hicimos fue tener gente en China que está produciendo con diseño de Lumilagro y está por entrar en el primer container", explicó Bender, quien remarcó que el objetivo es mantener precios competitivos en un mercado que cambió en los últimos años.
El cambio de estrategia se produjo en un contexto de reducción del personal, ya que la empresa implementó un plan de retiro voluntario y pasó de tener unos 200 empleados a poco más de 70. Lumilagro además había recibido críticas del ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en el marco de la discusión sobre la protección a las industrias locales.
Hace unas semanas, el Gobierno levantó las barreras antidumping que limitaban la entrada al país de los termos chinos tras más de 20 años de protección. El mercado argentino de termos, ligado al consumo de mate y con ventas anuales de cerca de cuatro millones de unidades, estaba protegido desde 2001.