La visita oficial de Donald Trump al Reino Unido quedó marcada por un episodio controvertido. Un grupo de activistas conocido como Led by Donkeys proyectó durante la noche del pasado martes imágenes del mandatario estadounidense junto al magnate Jeffrey Epstein sobre una de las torres del histórico castillo de Windsor.
Cuatro personas fueron arrestadas bajo la acusación de “comunicaciones maliciosas”, aunque las autoridades aún no revelaron sus identidades ni el lugar exacto de las detenciones. Los detenidos permanecen bajo custodia.
Entre las imágenes destacaron la foto policial de Trump tomada en el marco de uno de sus procesos judiciales y una fotografía en la que aparece junto a Epstein, fallecido en prisión en 2019 mientras esperaba juicio por delitos de explotación sexual. También se difundió un video en el que ambos aparecen bailando.
La relación entre Trump y Epstein fue cercana durante años previos al escándalo judicial que involucró al empresario acusado de tráfico y abuso de menores. El caso continúa generando repercusiones en Estados Unidos y el Reino Unido, debido a los vínculos de Epstein con diversas figuras públicas, entre ellas el exembajador británico en Washington, Peter Mandelson.
Tras la intervención, los activistas publicaron en redes sociales un mensaje dirigido al mandatario: “Hola Donald, bienvenido al castillo de Windsor”.
La Policía desplegó un operativo especial en torno al castillo por la visita presidencial, que incluyó una exclusión aérea durante la mañana del miércoles, justo antes de la llegada de Trump y la primera dama Melania. Además, decenas de manifestantes se concentraron en las inmediaciones para expresar su rechazo a la presencia del líder republicano.
La superintendente Felicity Parker, a cargo de la fuerza local, aseguró: “Nos tomamos muy en serio cualquier actividad no autorizada en los alrededores del castillo de Windsor. Nuestros agentes respondieron rápidamente para detener la proyección y cuatro personas han sido arrestadas”.
La visita de Trump a Reino Unido comenzó con una recepción de gran despliegue protocolar. El presidente fue recibido en el castillo de Windsor por el rey Carlos III, la reina Camila y los príncipes de Gales, William y Kate. El monarca dispuso la mayor guardia de honor moderna ofrecida a un líder extranjero, con la Guardia Real en uniforme de gala.
Trump permanecerá dos noches en Windsor y no pasará por Londres, donde se prepara una multitudinaria manifestación en su contra.