El presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, anunció que pedirá ayuda a la Argentina y a otros países de la región para enfrentar la crisis de combustibles que atraviesa el país. En su primera conferencia de prensa tras imponerse en el balotaje del domingo, el dirigente de 58 años adelantó además que reanudará las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, interrumpidas desde 2008 durante el gobierno de Evo Morales.
“En el caso puntual de Estados Unidos, esa relación se va a retomar”, aseguró el mandatario electo, quien asumirá el 8 de noviembre luego de derrotar al exmandatario Jorge “Tuto” Quiroga en una votación que marcó el fin de dos décadas de gobiernos de izquierda.
Paz detalló que ya inició conversaciones con “países amigos”, entre ellos Estados Unidos, Brasil, la Argentina, Uruguay y Paraguay, con el objetivo de conseguir apoyo logístico y energético. “Estamos coordinando de la mejor manera que llegue ese tan necesario hidrocarburo vinculado a la gasolina y al diésel, para poder darle tranquilidad a la población”, expresó.
La falta de combustible se suma a una situación económica crítica que Bolivia arrastra desde comienzos de 2023, marcada por la escasez de dólares, una inflación acumulada del 16,9% y crecientes dificultades para importar energía. Economistas advierten que estos problemas reflejan el agotamiento del modelo económico impulsado durante los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS).
Paz, quien obtuvo el 54,61% de los votos frente al 45,39% de Quiroga, destacó que su prioridad será “estabilizar la economía” y “restablecer la confianza internacional”. Según explicó, espera que los acuerdos con países vecinos permitan normalizar el abastecimiento de combustibles “a partir del 8 o 9 de noviembre”, apenas asuma la presidencia.
El postulante opositor Jorge Quiroga reconoció rápidamente su derrota y felicitó al presidente electo, aunque algunos de sus seguidores denunciaron un supuesto “fraude” tras conocerse los resultados preliminares. El exmandatario pidió calma y aseguró que seguirá de cerca el escrutinio definitivo.
Con su victoria, Paz abre una nueva etapa política en Bolivia tras 20 años de dominio del MAS. Su promesa de diálogo con los países de la región y su acercamiento a Washington marcan un giro diplomático y económico que busca sacar al país de una de las crisis más profundas de su historia reciente.