El cardenal keniata John Njue aseguró públicamente que no participará de la histórica asamblea porque, según él, no fue invitado. Sin embargo, desde la arquidiócesis de Nairobi lo desmintieron y atribuyeron su ausencia a problemas de salud.
“Quienes asisten a la elección del papa suelen recibir invitaciones oficiales, y eso no ha ocurrido en mi caso. No he sido invitado”, afirmó Njue en declaraciones al diario local Daily Nation.
El cardenal, de 79 años, negó además padecer algún problema médico: “No es por motivos de salud. No sé, es difícil hacer comentarios sobre esto”.
La respuesta no tardó en llegar. El actual arzobispo de Nairobi, Philip Anyolo, emitió un comunicado donde aclaró que Njue sí fue invitado “a través de la Nunciatura Apostólica en Kenia” y que su ausencia fue notificada oficialmente al Vaticano por razones de salud.
El vocero de la Santa Sede, Matteo Bruni, también intervino en la controversia y explicó que los cardenales menores de 80 años “no necesitan invitación para asistir al cónclave”.
En esa línea, señaló: “Está la ley. En este caso, el decano del colegio cardenalicio intervino y la nunciatura aclaró que Njue no venía”.
El cardenal que lo rodea la polémica
Ya había generado controversia meses atrás cuando surgieron dudas sobre su edad. Originalmente registrado como nacido en 1944, el anuario pontificio corrigió su fecha de nacimiento al 1º de enero de 1946. Así, quedó habilitado para participar del cónclave al figurar con 79 años en lugar de 81.
Situación similar ocurrió con el cardenal Philippe Ouédraogo, de Burkina Faso, también “rejuvenecido” en los registros oficiales.
Ambos atribuyeron las inconsistencias a las prácticas de registro en sus países natales, donde en los años 40 era común que los padres inventaran fechas de nacimiento por la falta de exigencia documental.
Mientras Ouédraogo ya se encuentra en Roma para participar del cónclave, Njue permanece en África, lanzando acusaciones que generaron incomodidad en la Iglesia.
Por su parte, el cardenal indio George Alencherry quedó excluido del cónclave por un margen mínimo: cumplió 80 años apenas dos días antes del fallecimiento del papa Francisco.
La ausencia de Njue, el único cardenal keniata, no solo reavivó el debate sobre los criterios de participación, sino que también evidenció tensiones internas en un momento clave para la Iglesia Católica.