Qué dijeron sacerdotes argentinos sobre la situación en Siria tras la caída de Bashar al Assad

Ambos cuentan cómo se vive en el país la salida del dictador que gobernó durante años con puño de hierro.
Por: #BorderPeriodismo

Luego de que ayer el mundo se conmocionara por la noticia de que en Siria cayó el régimen de Bashar al Assad, que gobernó durante años el país de forma dictatorial, el sacerdote argentino Hugo Alaniz, que está radicado en la región de Alepo desde el 2017, realizó declaraciones mediáticas donde se refirió al profundo clima de incertidumbre que se vive allí. “Nadie se esperaba algo así, ni el gobierno sirio, ni los servicios de inteligencia”, aseguró al medio Infobae. 

Alaniz, quien realiza labores misioneras y humanitarias en el mundo árabe desde hace casi 30 años, aseguró, a pesar del clima de tensión: “No me voy a ir, este es mi hogar y la gente nos necesita más que nunca”.

Alaniz habló por teléfono con el embajador argentino en Siria, Sebastián Zavalla, y le explicó los motivos de su decisión: “Con Sebastián somos amigos y nos entendió. Le recordé que somos misioneros y que es un momento muy delicado para abandonar a toda a esta gente. Nuestra misión es dar testimonio con la vida”, contó.

“Nadie se esperaba algo así, ni el gobierno sirio, ni los servicios de inteligencia. Lo hicieron muy bien, aprobaron en todo. Fue impresionante la logística que tuvieron y la rapidez con que se movieron. En 8 días, con apoyo tecnológico, económico y armas, ya tenían un país tomado”, describió Alaniz la revuelta que logró derrocar al régimen, y agregó: “Ahora, los islamistas están en todas partes. Hay momentos en los que parece más tranquilo, pero no sabemos qué nos depara el futuro”.

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“En tres días, los rebeldes pudieron tomar una ciudad de 2,2 millones de habitantes y es una cosa muy rara. Veníamos de varios años de calma tras lo sucedido en 2011″, recordó en alusión a lo que comenzó como demandas pacíficas de reformas políticas y mayores libertades y terminó en una escalada de violencia a partir de la represión desatada por el gobierno, que llegó a recurrir a su ejército para bombardear ciudades controladas por la oposición con apoyo de aliados como los regímenes de Irán y Rusia.

Tras la caída del régimen de Bashar al Assad, la Cancillería les pidió a los ciudadanos argentinos que eviten viajar a Siria y a los que se encuentran en ese país, salir lo antes posible, cosa que Alaniz, a pesar de los riesgos, no hará.

Quien también habló sobre el tema fue otro sacerdote argentino,  Enrique González, quien en conversación con Radio Rivadavia contó: «La noche del viernes para el sábado fue muy difícil conciliar el sueño por los bombardeos de distintos calibres. Y los sonidos de los calibres más pequeños fueron los que causaron mayor preocupación».

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González contó que su congregación, a raíz de la tensa situación,  debió abandonar su lugar de residencia, yendo de un lugar a otro.

«Fue una semana entretenida, por decirlo de alguna manera. No sabemos quiénes son, qué quieren ni si van a respetar a las minorías, lo que hasta el momento, gracias a Dios, ha sucedido», comentó. «En algunos lugares se han vuelto a tocar las campanas, han alentado a que pongamos en las calles los adornos navideños y que todo transcurra de manera normal», dijo también quien aseguró que bajo el caído régimen se vivía una «opresión tremenda».

Las operaciones de los insurgentes comenzaron el 27 de noviembre y este domingo, tras tomar el control de Damasco, el régimen cayó. La ofensiva, llevada a cabo por la facción islamista armada Hayat Tahrir al-Sham, se llevó a cabo en tan solo 8 días.

 

Quién fue Bashar al Assad.

Bashar al Assad fue el sucesor Háfez al-Ásad, su padre, quien gobernó Siria en una dictadura que duró desde 1971 hasta su muerte, en el 2000. Al sucederlo su hijo, el pueblo sirio confiaba que la transición implicara una reforma que pudiera promover mayores aperturas y garantías democráticas, pero lejos de eso, Bashar al Assad le sumó al régimen de su padre otros catorce años de gobierno despótico. En total, la dinastía de su familia gobernó durante cincuenta años el territorio sirio, hasta ayer.

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Rusia anunció que Al Assad “dimitió” y salió del país. Horas antes los rebeldes comunicaron que “después de 50 años de opresión, y 13 de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy (miércoles) el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria”.

Grupos internacionales de derechos humanos y fiscales alegaron el uso generalizado de tortura y ejecuciones extrajudiciales en los centros de detención gestionados por la dictadura siria, cuya guerra ha matado a casi medio millón de personas y desplazado a la mitad de la población que tenía el país antes de la guerra, 23 millones de personas. Pero aunque la dictadura que gobernó Siria con puño de hierro llegó definitivamente a su fin, el futuro del país, por estas horas, está reinado por la incertidumbre sobre cuál es el rumbo que tomará. 

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