Un salto en formación terminó en un momento de extrema tensión para un paracaidista australiano, cuyo paracaídas de reserva se abrió de manera inesperada y quedó enganchado en la cola del avión en pleno vuelo.
Las imágenes, captadas desde el interior de la aeronave, fueron difundidas por la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte (ATSB) y rápidamente se viralizaron por lo dramático del momento. Según reconstruyó People a partir del informe oficial, en el avión viajaban el piloto y 17 paracaidistas, incluido un camarógrafo especializado encargado de registrar la maniobra a 4.570 metros de altura.
Todo transcurría con normalidad hasta que, al llegar a la altitud prevista, el primer paracaidista se dispuso a saltar por la puerta lateral. Fue entonces cuando, según la ATSB, el mango de su equipo “se enganchó en el alerón del ala, desplegando el paracaídas inadvertidamente”, lo que provocó que el paracaídas de reserva se activara antes de tiempo. Ese tirón brusco lo lanzó hacia atrás, y “sus piernas golpearon el estabilizador horizontal izquierdo de la aeronave, dañándolo considerablemente”.
El paracaídas quedó enredado en el estabilizador, dejando al hombre colgando peligrosamente bajo el avión y generando pérdida momentánea de estabilidad en la formación. Algunos de sus compañeros lograron saltar según lo previsto, mientras que otros permanecieron en la puerta observando, sin poder intervenir, cómo el paracaidista luchaba por liberarse.
En una maniobra desesperada, pero precisa, utilizó un cuchillo de gancho para cortar las líneas que lo mantenían sujeto al avión. Una vez liberado, inició el descenso en caída libre y logró activar su paracaídas principal, que abrió pese a quedar parcialmente enredado con restos del equipo anterior.
Finalmente, el paracaidista pudo aterrizar y solo sufrió lesiones leves, según confirmó la autoridad de seguridad.



