Drones ucranianos alcanzaron la refinería Afipsky, ubicada en Krasnodar Krai, lo que provocó un incendio que obligó a suspender momentáneamente sus operaciones. El fuego, que afectó cerca de 30 metros cuadrados de una unidad de producción.
La instalación atacada es una de las más relevantes para el abastecimiento energético ruso: procesa unos 9,1 millones de toneladas de crudo al año, equivalente al 2,1% de la capacidad nacional. Por su cercanía a la línea de combate —menos de 200 kilómetros—, cumple un rol clave en el suministro de diésel y queroseno de aviación para las fuerzas rusas desplegadas en Ucrania.
Este no es un hecho aislado. La refinería Afipsky ya había sido blanco de ataques los pasados 7 y 28 de agosto, que obligaron a detener parte de su producción. Otras instalaciones cercanas, como la refinería de Krasnodar, también han sufrido embates similares. Desde agosto, Ucrania consiguió paralizar parcial o totalmente al menos cinco refinerías estratégicas, afectando de manera considerable la capacidad de procesamiento de combustibles.
Un informe de Energy Aspects, citado por Financial Times, estima que estos ataques han reducido más de un millón de barriles diarios en capacidad de refinado, con exportaciones por debajo de los niveles previos a la invasión a gran escala lanzada por Moscú en 2022. Como consecuencia, la producción de gasolina cayó 10% y el total de capacidad de refinado se contrajo 17%.
El impacto se siente en el mercado interno: más de 300 estaciones de servicio dejaron de funcionar en distintos puntos del país, mientras que en varias regiones se aplicaron restricciones que limitan la venta a entre 10 y 20 litros por persona. La situación es especialmente crítica en Crimea y Sebastopol, donde alrededor del 50% de las estaciones dejaron de vender combustible.
Estas zonas, unidas a Rusia continental por el estrecho de Kerch, son vitales para las operaciones militares en el sur ucraniano, por lo que las interrupciones representan un fuerte desgaste logístico.
El Ministerio de Defensa ruso informó que interceptó 55 drones ucranianos en ocho regiones durante la noche, tres de ellos en Krasnodar Krai. Sin embargo, la continuidad y el alcance de estas ofensivas reflejan la capacidad de Kiev para emplear drones de fabricación propia en ataques de largo radio contra objetivos industriales y militares.
La refinería Afipsky había completado recientemente una expansión de 217 mil millones de rublos y planea modernizarse para producir 2,5 millones de toneladas anuales de combustibles bajo norma Euro-5. Pese a las declaraciones oficiales que buscan minimizar el impacto, los ataques a sus instalaciones revelan la efectividad de la estrategia ucraniana para debilitar los ingresos energéticos de Moscú y limitar el suministro que sostiene su maquinaria de guerra.
