Se trata de Jorge Irigoin, que también había dirigido la empresa postal cuando era propiedad de la familia Macri. La información saltó por una consulta de #BORDER y enterate por qué se rebela. Su hermano, Juan Pedro, también quedó empañado por otro conflicto de intereses: conduce la ANAC, desde donde se otorgaron rutas aéreas a cinco empresas, incluida una que pertenecía a la familia presidencial.
Jorge Alberto y Juan Pedro son los hermanos Irigoin. Como funcionarios del Gobierno de Mauricio Macri, quedaron en las últimas semanas involucrados en los dos casos más resonantes de conflictos de intereses: Correo Argentino y Avianca. Ahora, una revelación de #BORDER sumará más polémica al asunto, ya que el primero de ellos, titular del Correo Argentino, eludió presentar su declaración jurada de bienes.
Jorge Alberto Irigoin fue designado en diciembre de 2015 como titular del Correo, una sociedad anónima que desde que fue estatizada en 2003 tiene participación mayoritaria del Estado. Los titulares de las empresas de propiedad estatal están obligados por ley (salvo algunas excepciones) a presentar su declaración patrimonial anual ante la Oficina Anticorrupción. Pero Irigoin llegó al cargo y decidió no presentarla.
El apellido Irigoin tomó notoriedad en las útimas semanas cuando se desató el escándalo por el acuerdo entre el Gobierno de Macri y la empresa Socma, también de la familia Macri, antigua propietaria de la empresa postal. El propio titular del Correo estuvo en ambos lados del mostrador. En 1997, fue director ejecutivo de la empresa que había sido recientemente privatizada, y que era concesionada por el clan comandado por Franco Macri. Tiempo después también trabajó en su principal competidora: OCA. Desde 2015 volvió al ruedo y se encarga de conducir Correo Argentino, ahora en manos del Estado.
Según publicó el diario Perfil, Irigoin ya se había ido del Correo cuando comenzó la crisis, por la que le dejaron de pagar el canon al Estado (deuda que hoy es motivo de la polémica) y que terminó en un concurso de acreedores y posterior quiebra. Eso no impidió que mantuviera los vínculos con los Macri: en 2007, después de su paso por OCA y con la llegada de Macri al Gobierno porteño, fue designado como presidente de SBASE, la empresa estatal encargada de los subtes.
Una vez regresado al Correo Argentino, Irigoin aparentemente apostó a mantener las condiciones que tenía en la década del 90’ y se negó a presentar su declaración jurada. Lo llamativo es que no figura en el listado de incumplidores que presentó la Oficina Anticorrupción el año pasado. Según explicaron fuentes del organismo, eso se debe a que son las oficinas de Recursos Humanos de cada entidad las que deben informar sobre los cambios en los organigramas, actualizando así quienes son los sujetos obligados a presentar su declaración jurada. Hasta 2015, las autoridades del Correo venían cumpliendo con el requisito, pero algo cambió. Algunos la siguieron presentando, pero los nuevos funcionarios no. Ahora, el organismo que conduce Laura Alonso tomó conocimiento de esta situación (aducen que es imposible tener un control exacto siendo más de 45 mil sujetos los obligados a presentar su declaración jurada) y le exigirá al Correo que cumplan con la norma. Con la explicación oficial se sobrentiende que Jorge Irigoin tuvo otra ventaja: no se le retuvo nunca el 20 por ciento del sueldo por incumplir la norma, decisión administrativa que comunicaron e impulsaron Alonso y la OA.
Desde el Correo Argentino explicaron que se está estudiando quiénes son los funcionarios de la empresa obligados a presentar la declaración jurada, porque hasta ahora lo hacían más de 1.500 personas, algunas con cargos menores. Lo cierto, sin embargo, es que mientras se hacía ese análisis Irigoin debería haber presentado a principios de 2016 su declaración de Alta, luego de haber asumido en el cargo. Pero no lo hizo, mientras sí lo hicieron otros empleados de la firma.
Los representantes de otras empresas donde el Estado tiene participación mayoritaria presentan su declaración. Es el caso, por ejemplo, de Aerolíneas Argentinas. Quien fuera su titular hasta fin de 2016, Isela Costantini, la presentó como corresponde. La única empresa que logró escapar de ese control es YPF, pero por un punto que se agregó en la ley de expropiación. En el caso del Correo, según especialistas consultados, no hay ningún punto similar.
Juan Pedro Irigoin, en tanto, también quedó en el centro de la polémica. Es el titular de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) y desde ese rol presidió la junta técnica que aprobó el otorgamiento de 135 nuevas rutas aéreas a cinco empresas. Entre ellas está Avian, empresa que hasta el año pasado se llamaba MacAir y era propiedad de la familia Macri, hasta que fue comprada por la colombiana Avianca. Según se denunció esta semana, Avian mantiene en su directorio a Carlos Colunga, quien venía conduciendo la empresa de la familia Macri (empezó siendo el piloto de Franco Macri). Además, el apoderado de la empresa durante el cambio de manos era Pablo Clusellas, secretario de Legal y Técnica del gobierno de Macri. Esta situación generó suspicacias y se denunció que Avian fue la única de las cinco que recibió todas las rutas que solicitó.
Sin embargo, esta situación fue desmentida desde la ANAC. A través de un comunicado, el organismo que conduce Irigoin (Juan Pedro, en este caso) afirmó que “a todas las empresas se les otorgó el 100% de las rutas solicitadas con excepción del caso de FB líneas aéreas, a la cual se le negaron 11 rutas”. Y agrega: “Resultan temerarias las afirmaciones de supuestas vinculaciones de la familia presidencial con el operador Avian, cuando ningún miembro de dicha familia figura en el directorio de la empresa ni tiene relaciones o vínculos con la misma”.
A diferencia de su hermano mayor, Juan Pedro sí presentó la declaración jurada en 2016. De allí se desprende que tiene un patrimonio de $ 6,9 millones, donde se destacan dos casas (una en la localidad bonaerense de General Pacheco y otra en Uruguay), más de $ 2,4 millones en bonos del Estado (en dólares) y ahorros por más de 100 mil dólares.
El cliché del Martín Fierro reza que “los hermanos sean unidos”. En este caso, los Irigoin quedaron unidos por los conflictos de intereses.