Está casado con Carolina Yellati, hermana de Moisés, uno de los socios argentinos del presidente electo de Estados Unidos. El propio Dujovne fue socio de él en dos emprendimientos inmobiliarios. Hace un mes aseguró que el país no estaba bien preparado si Trump cambiaba el contexto mundial.
Nicolás Dujovne será a partir de la semana próxima el nuevo ministro de Hacienda, en reemplazo de Alfonso Prat-Gay. Es un economista que ya tenía aceitados vínculos con el macrismo, del cual fue asesor durante la campaña electoral. Pero el dato político que lo ayudó a ser catapultado al gabinete es que es el cuñado del socio argentino de Donald Trump.
Moisés Yellati llegó a los medios argentinos durante la campaña presidencial en Estados Unidos, como uno de los dos socios que Donald Trump tenía en la Argentina. Al punto tal que estuvo en los festejos con la familia del magnate luego de que fuera electo presidente. Tiene, junto a Felipe Yaryura, la empresa YY Development Group (en su sitio web destacan ser los “elegidos por Donald Trump”).
Dujovne, el designado ministro, está casado con Carolina Yellati, la hermana de Moisés. Pero los lazos no son sólo familiares, sino también comerciales. Dujovne y Moisés Yellati fueron socios en dos emprendimientos inmobiliarios, en 2007 y 2012 (Yrigoyen 571 SA y Desarrolla Meridional SA, respectivamente).
Para más lazos, también figura como socio Berardo Dujovne, que es el padre de Nicolás, arquitecto y socio de Dujovne-Hirsch & asociados, la constructora que Trump eligió para desarrollar la torre homónima en Punta del Este. Entre otros negocios, el padre de Dujovne fue el encargado de desarrollar Molina Ciudad, el complejo de lofts en los terrenos de la ex fábrica de Alpargatas, en Barracas, donde el presidente Macri es propietario, a través del Fideicomiso Caminito.
¿Es la llegada de Dujovne al Ministerio una señal para Trump? Hacienda y Finanzas, con la salida de Prat-Gay, se dividió en dos: Dujovne se queda con Hacienda y en la parte de Finanzas seguirá Luis Caputo, actual secretario del área y del equipo de Prat-Gay. En noviembre, luego del triunfo de Trump, Dujovne escribió en sus habituales columnas del diario La Nación que si el presidente electo cambia el contexto económico, el país estaba poco preparado para “enfrentar el shock”. De todas formas, se planteaba el interrogante sobre si efectivamente Trump iba a aplicar las políticas “populistas” que planteó en la campaña (y perjudicaría a la Argentina) o si sólo se trató de promesas de campaña.
Durante 2015, Dujovne se había acercado al PRO y asesoró a la Fundación Pensar en el armado de los programas de gobierno en materia económica, equipos que eran coordinados por el actual vicejefe de Gabinete Mario Quintana. Antes, había colaborado con Ricardo Alfonsín en su campaña presidencial de 2011. Apenas nombrado como nuevo ministro, en el radicalismo salieron a destacar la condición de “radical” de Dujovne.
Los diez años anteriores, Dujovne fue economista jefe del Banco Galicia y previamente, en el 2000, director del Banco Central, asesor de la Secretaría de Hacienda y economista en las consultoras Macroeconómica, Alpha y en el Citibank. En tiempos de De la Rúa talló en la definición del megacanje. También fue profesor de la Universidad de Buenos Aires y en la Maestría en Finanzas de la Universidad Di Tella. En la actualidad, es co-conductor de Carlos Pagni en «Odisea Argentina», el programa que se transmite todos los lunes por TN. Con Pagni, precisamente, son socios de la productora Tres Bien SA (junto al publicista Víctor Winograd).
Con su mujer, Carolina, también tiene una sociedad en conjunto: Wonder Consultora SRL, de la cual ella, que es socióloga, es la directora. Es una firma que tomó notoriedad durante la última campaña electoral por anticipar en sus trabajos que Macri iba a ganar la elección (incluso la primera vuelta, en la que salió segundo). Es la consultora que -tiene lógica- provee de informes a Pagni.
Prat-Gay se fue por sus diferencias personales con Marcos Peña, que en conferencia de prensa dejó entrever sus problemas para “trabajar en equipo”. La llegada de Dujovne, en cambio, tiene mucho olor a Trump.