A seis meses de la derrota, el ex gobernador sigue en campaña permanente. La hoja de ruta, los aliados y los principales obstáculos que enfrenta.
El ex candidato presidencial Daniel Scioli sigue de campaña. Sus amigos afirman que ya cicatrizó las heridas de la dolorosa derrota en el balotaje que consagró a Mauricio Macri al frente de la Casa Rosada y comenzó un proceso de diálogo diario con gobernadores, intendentes y sindicatos para tejer un red que funcione de sustento para encabezar la candidatura a senador nacional por el justicialismo el año que viene y, con viento a favor, relanzar su ambición presidencial en 2019. “Después de perder una mano fui campeón mundial. No sabemos qué puede pasar en cuatro años”, repite en la intimidad.
“Mi cabeza no está puesta en las elecciones. A la gente le importa tres cominos la campaña del año que viene”, sostuvo el ex gobernador bonaerense delante de los micrófonos periodísticos. Sin embargo, en su círculo íntimo confirmaron a #BORDER el plan de ruta, que implica utilizar la plataforma de la vicepresidencia del Partido Justicialista para recorrer el conurbano y reunir apoyos.
El sciolismo parte de tres premisas. La primera es que el Conurbano bonaerense es el distrito que más sufrió las medidas del Gobierno por las subas de tarifas de servicios y transporte por lo que –entienden- habrá mayor cantidad de desencantados con el oficialismo. En segundo término, allí Scioli tuvo buenos resultados electorales que podrían motivar el apoyo de los intendentes que necesitan una figura convocante para aumentar concejales en sus respectivos distritos. Por último, presagian que las legislativas de 2017 revivirá las condiciones del balotaje: Cambiemos vs peronismo, por lo que la contienda del candidato del PJ contra el diputado Sergio Massa definirá quién podrá seguir en carrera hacia las presidenciales.
Los principales problemas de la estrategia son la reciente sensación de derrota que envuelve a la figura de Scioli, la aparición de otros candidatos competitivos como el ex ministro Florencio Randazzo, entre otros, la ausencia de una tropa militante propia y la centralidad de Massa en el tablero político actual. “Los intendentes tienen el territorio y Daniel tiene votos”, respondió a #BORDER un vocero del motonauta. Sin embargo, desde el sciolismo admiten que la estrategia está atada a la situación económica: “El Gobierno apuesta mucho al segundo semestre. Si no cumple, el desencanto va a crecer pero si les va bien habrá que pensar muy bien la campaña”.
¿Un nuevo balotaje?
“Scioli busca transformarse en la voz del 49 por ciento que no votó a Macri y de los que lo hicieron y comienzan a arrepentirse. Necesitamos unir al peronismo en una alianza electoral amplia con sectores kirchneristas, randazzistas, camporistas y de otros partidos”, describió a #BORDER el ex senador Alberto De Fazio, uno de los hombres que más frecuenta al motonauta.
Un bloque encabezado por el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis, y el ex vocero sciolista durante la campaña, Guido Lorenzino, pidieron que la candidatura vaya para el ex ministro de Transporte. En un peronismo sin liderazgo claro, se multiplican las ambiciones y divisiones. La discusión recién comienza mientras, en la vereda de enfrente, el Gobierno también arma su juego para las listas de 2017 y especula entre distintos nombres para encabezar la nómica oficialista: el primo del presidente, Jorge Macri, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y la diputada Elisa Carrió son los que más suenan.
Distintas fuentes del sciolismo evalúan que las legislativas del año próximo servirán como una interna anticipada del peronismo. Quien gane quedará en carrera para las presidenciales y atraerá a todos los sectores pejotistas y quien pierda deberá salir del juego. Por eso evalúan con detenimiento los pasos de Massa, quién según una encuesta que realizó este mes la consultora Rouvier se impone en imagen positiva con un 65 %, seguido por la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, con 58%, Scioli con 56%, y Mauricio Macri con 53%. El gran riesgo del tigrense –evalúan los armadores pejotistas- es reeditar las condiciones que lo dejaron tercero el año pasado al no pararse fuertemente en el rol de oficialismo u oposición.
Scioli fue candidato en ocho elecciones y salió segundo en cuatro: ganó dos como gobernador, las PASO y las generales de las presidenciales del 2015, pero salió segundo como diputado en 1997, como candidato a vice de Néstor Kirchner en 2003, como testimonial en las legislativas de 2009 y en el balotaje del 22 de noviembre pasado. Ahora se enfoca en la vuelta junto a un grupo de asesores encabezados por su ex jefe de Gabinete, Alberto Pérez, y en consulta permanente con el ex gobernador José Luis Gioja, el ex intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, los jefes comunales de Florencio Varela, Julio Pereyra, de Avellaneda, Jorge Ferraresi, y de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
