Tras el encuentro de los líederes de la oposición, los legisladores reclaman la instrumentación de la boleta única electrónica en todo el país. La foto de la oposición unida, es el mejor regalo que el oficialismo le regaló a Mauricio Macri y a Sergio Massa.
La foto de los presidenciales unidos de anteayer y la de todos los legisladores de hoy cuando reclamaron la modificación de la ley electoral, es el mejor regalo que Jorge Alperovich y José Manzur podrían haberle hecho a la dispersa oposición.
Tanto Mauricio Macri (Cambiemos), como Sergio Massa (UNA) y Margarita Stolbizer (Progresistas) como los legisladores de sus espacios se mostraron unidos detrás de un reclamo: la transparencia de las elecciones próximas y la sentencia de muerte para el sistema electoral arcaico que rije en la mayoría del país y que permitió el bochornoso espectáculo de la quema de urnas en Tucumán el domingo último.
La discusión allí, es si es posible cambiar el sistema a dos meses de las elecciones generales. La oposición considera que sí. Si bien la inciatuva fue propuesta por Massa, tanto Macri como su vice Gabriela Michetti defendieron esa propuesta en los dos últimos días.
Pero más allá de eso, lo que queda latente en el final de esta semana es que las cosas cambiaron desde el domingo y la foto de la oposición unida es ni más ni menos que un primer paso hacia un posible entendimiento, en caso de un balllotage.
«Aspiro a que si nos toca estar en segunda vuelta Mauricio me acompañe y Margarita también», guiñó Massa con picardía, entre los aplausos de la zona media del auditorio. «Qué bueno, porque dicen que el que aspira concede», devolvió Macri, festejado por los de ala derecha del salón. Los radicales, agrupados en el lado izquierdo, rieron ambas veces.
Más allá de las chicanas, la puerta se abrió antes de las generales. El desafío de Daniel Scioli ahora más que nunca es ganar en primera vuelta, pero los traspiés de las inundaciones primero y la quema de urnas después, no parecen ayudarlo en nada.