Con su postergada visita al Congreso volvió a exponerse, pero el jefe de Gabinete tiene en mente el 2019 y cómo llegar a las elecciones. Visitas a la sede del PRO, reunión con los “Sin Tierras” y la “división de tareas” con su nuevo vice, que se instaló en la ex oficina de Quintana y lo miran con recelo.
Tras un mes de calculado perfil bajo, Marcos Peña reapareció al brindar un nuevo informe de gestión en la Cámara de Diputados tras haber sido postergado en dos ocasiones justamente por las modificaciones en el equipo de gobierno de Mauricio Macri que lo obligaron a resguardarse de la exposición pública. Sin sus dos espadas como Gustavo Lopetegui -ahora asesor presidencial- y Mario Quintana apuntalándolo en la auditoría de la gestión, con la irrupción de Andrés Ibarra como nuevo vicejefe y un control más flexible a través de alertas de gestión, Peña ya comenzó a diagramar la campaña electoral que se viene rearmando los equipos y buscando un discurso que permita al oficialismo surfear el desánimo propio de la crisis económica.
Lo cierto es que el miércoles Peña recuperó centralidad en la agenda pública -sólo opacada por el duro cruce de Elisa Carrió al ministro de Justicia, Germán Garavano, que había declarado que “nunca puede ser bueno que un ex presidente (por Cristina Kirchner) esté detenido”– al exponer por sexta vez en el año en la cámara baja cumpliendo el mandato constitucional de informar y contestar preguntas de los diputados sobre la marcha de gobierno.
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Mientras el bloque kirchnerista cuestionó el Presupuesto al asegurar que necesita “rehacerse” al quedar anulado por el nuevo acuerdo con el FMI, Peña contestó brevemente la bravata del diputado Axel Kiciloff: «Ratificamos el Presupuesto enviado: tiene coherencia, genera una economía que reduce los desequilibrios que recibimos en 2015 y cuida a los sectores más vulnerables: la inversión social representa el 77%».
En este sentido, el jefe de Gabinete dijo que este presupuesto es un instrumento que «nos va permitir reducir nuestra vulnerabilidad frente al financiamiento externo, que reiteradamente en estos 3 años se ha planteado como una preocupación» al tiempo que sostuvo que con el nuevo cálculo de gastos del Estado «se va a lograr una transferencia automática del 47% de la recaudación impositiva coparticipable mientras que en el 2015 era del 41%».
Sin embargo, desde el cambio instrumentado a comienzos de septiembre el rol del ministro coordinador se modificó: dejó de ser el vocero de las reuniones de Gabinete –ahora van rotando de a 2 de los 10 ministros que conforman el ya olvidado “mejor equipo de los últimos 50 años”– y de poco va diagramando la futura campaña electoral y una oxigenación del discurso para el año próximo. “Volvió a aparecer por el edificio de Balcarce (412, la sede del PRO): está reactivando y ordenando el equipo de campaña”, mencionó un allegado al funcionario.
De hecho, la noche del último lunes fue el principal orador en el encuentro de dirigentes de la primera y tercera sección electoral, con referentes de los denominados “Sin Tierra” (funcionarios que aspiran a ganar intendencias gobernadas por el PJ), que se realizó en Florencio Varela.
Justamente el referente de ese distrito del sur del Conurbano es Pablo Alaniz, el único discípulo de Peña que se lanzó a la política territorial en el GBA y fue ungido concejal en 2017, y quien organizó el encuentro en el que se degustaron empanadas, se habló de la difícil coyuntura económica y de la campaña que se viene.
Esa noche el ahora secretario de Trabajo Jorge Triaca posteó, en su cuenta de Twitter, una imagen del “encuentro con dirigentes de la 1era y 3ra sección bonaerense en Florencio Varela. Seguimos trabajando para construir el cambio”.
Uno de los asistentes contó a este diario que Peña “aprovechó para hablar de la coyuntura nacional y acompañar desde un lugar de convicción de lo queremos, del cambio que pidió la gente”. Y, siguiendo este relato, apuntaló a los “Sin Tierra” al asimilarlos a “como estaba Mauricio en 2002, cuando nadie lo conocía en la Ciudad y salía a tocar timbre”.
Cuando los referentes distritales, como el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro que quiere ganar la intendencia de La Matanza, preguntaron sobre la estrategia local, Peña respondió que para ello habrá que esperar unos meses tal como ocurrió en las campañas electorales pasadas. La crisis económica, en este sentido, no permitiría focalizar la atención en esta estrategia.
En el oficialismo saben que hay “enojo” en el votante de Cambiemos por la dura coyuntura económica, con inflación en alza y un freno de la actividad, “pero hay esperanza de remontar” esta caída de la imagen rumbo a las PASO de agosto próximo.
Con todo, allegados a Peña consideran que, pese a los cambios, no se corrió de la gestión. “Sigue siendo el jefe de Gabinete y tiene control. Si no habla, es para darle más volumen a la comunicación y que salgan ministros en on e ir dejando especulaciones de lado sobre el rumbo del Gobierno”, contó, a su turno, otro colaborador.
Como ocurrió en otros informes en Diputados, Peña estuvo acompañado por sus secretarios, como Jorge Grecco (Comunicación Pública) o Fernando Sánchez (Fortalecimiento Institucional). Pero la novedad fue la incorporación de Andrés Ibarra, el funcionario de línea directa con Macri que pasó a desempeñarse como vicejefe de Gabinete. Se lo vio algo atribulado por las horas de espera, pero en los hechos estará a cargo del control de gestión sin recurrir a la “planilla Excel” de los desplazados Quintana y Lopetegui.
El nuevo vicejefe tendrá varios proyectos “transversales” a su cargo, que se vincularán con otros ministerios, como Conectividad, Comunicación, la modernización de los pasos fronterizos, simplificación administrativa y coordinación de la ventanilla única como con programas con ”El Estado en tu Barrio”. También continuará con sus roles asignados desde el comienzo de la administración, como la modernización del Estado.
“Se dividirán los proyectos con Presidencia”, contó, a su turno, una calificada fuente oficial, deslizando que colaborarán en este nuevo armado los asesores presidenciales Lopetegui o Francisco “Pancho” Cabrera. Habrá que estar atento a si no surgieran rispideces en la nueva conformación de Jefatura de Gabinete.
Cerca del ex gerente de Boca Juniors niegan cualquier resquemor con Peña pero su aparición -esta semana comenzó a ocupar la oficina que le pertenecía a Quintana en Casa Rosada- es mirada de reojo por funcionarios de más bajo rango de Presidencia.