En el medio de la pandemia del coronavirus, con los antecedentes del Gobierno nacional y el de la Ciudad de irregularidades en la compra de bienes que llegaron a la Justicia y sabiendo que muchas de las operaciones diarias que hace el Estado por la emergencia sanitaria están en un gris, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, decidió remover a los vocales de la oposición del máximo organismo de control provincial, el Tribunal de Cuentas.
La resolución, a la que tuvo acceso #BORDER, cuenta con la firma, y por ende el aval, del presidente de dicho tribunal, Eduardo Grinberg. En ella se establece la remoción de los cuatro secretarios de la oposición que tiene ese cuerpo que es el encargado de auditar no sólo las cuentas del Estado Provincial sino también del cada uno de los 135 municipios. Su presidente es alguien que en la política bonaerense se conoce muy bien ya que lleva en el cargo 33 años, es decir desde 1987.
Detrás de la negociación que llevó adelante con Kicillof, Grinberg evitaría afrontar un juicio político (único mecanismo de remoción que hay en la provincia de Buenos Aires para ese cargo) luego de las denuncias por nepotismo y algunos bienes que todavía no pudo explicar bien su procedencia. Kicillof por su parte se aseguraría que el máximo organismo de control provincial no meta sus narices en las cuentas del Ejecutivo.
A su vez, según pudo saber este medio, algunos intendentes del oficialismo que en las últimas semanas procuraron mostrarse más cerca del presidente Alberto Fernández que del gobernador entendieron el mensaje. Es que el Tribunal tiene mucha injerencia en la rendición de cuentas de cada municipio, si no las aprueba puede generar complicaciones para el envío de diferentes partidas desde el Gobierno central hacia el municipal.
En la memoria de los jefes comunales todavía está fresco el escándalo del año pasado cuando el Tribunal reveló que la ex intendenta de La Matanza y ahora vicegobernadora, Verónica Magario, no había rendido los gastos del Fondo de Seguridad y se especuló con que su destino fue a gastos proselitistas. Tan sólo en 2016, Magario gastó cero pesos de los $$239.109.900 que le fueron entregados.
Cabe destacar, además, que el hijo de Grinberg, Ignacio, fue designado en enero como Asesor General de Gobierno Adjunto. Al asumir tuvo que renunciar a su cargo en el Tribunal de Cuentas.
A la noticia del desplazamiento de los cuatros secretarios Felipe González Barlatay, Secretario Legal y Técnico; Hernán Jorge González, Secretario de Modernización y Fortalecimiento Institucional; Leonardo Di Pietro, Secretario de Auditorías Financieras y Proyectos de Inversión; y María Florencia Vezzeti, Secretaria de Actuaciones y Procedimiento, se le sumó la posibilidad de que retornen al Tribunal dos funcionarios efectuados por la ex gobernadora María Eugenia Vidal: María del Carmen Sabugal, como Secretaria de Modernización y Fortalecimiento, y Silvina Novello en la secretaria de Actuaciones y Procedimiento. Los otros que asumirán serán Gonzalo Sebastián Kodelia, como Secretario Legal y Técnico; Alejandro Daniel Alegretti, Secretario de Relaciones Institucionales y Profesionales; y Jimena Alonso, Secretaria de Auditorías Financieras y Proyectos de Inversión.
Esta situación, teniendo en cuenta que los cargos históricamente fueron negociados en la Legislatura bonaerense y repartidos por las diferentes fuerzas, coincidió además con la última ola de críticas por parte de Kicillof a la administración de Vidal motivo por el cual la oposición se aprestaría a intentar que avance el juicio político contra Grinberg.
Si bien en la Cámara de Diputados la relación de fuerzas es más pareja, en el Senado provincial Kicillof no cuenta con los votos ni siquiera para poder juntar el quórum para sesionar tal y como se vio durante el tratamiento de la ley de Emergencia Económica y el aumento de impuestos que tuvo que acordar con los diferentes referentes de Cambiemos. Cerca de Kicillof negaron las acusaciones y remarcaron que no hay proceso, por ahora, contra el presidente del Tribunal, y atribuyeron la única denuncia en su contra a una “operación de prensa” montada por una ONG.
Incluso remarcaron que el propio Grinberg, el año pasado, había sostenido que tanto González Barlatay y De Pietro no cumplían con los requisitos para ser designados pero la votación del Tribunal terminó a favor de las intenciones de Vidal por un acuerdo con el peronismo. Ahora la situación se encuentra en paridad absoluta (dos votos a favor y dos en contra) por lo que el presidente del Tribunal tendrá que desempatar y por ende decidir. Asimismo, desde el Gobierno sostuvieron que la medida apunta a normalizar el Tribunal luego de la decisión de Vidal de hacer esos cambios en marzo del año pasado.
Sin embargo, en el medio de las tensiones entre oficialismo y oposición, la sorpresa por la jugada de Grinberg generó furia dentro de Cambios al punto tal de que el martes avanzarán con el pedido de juicio político contra el presidente del Tribunal de Cuentas.