Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos, Máximo y Florencia Kirchner, apelaron la resolución del Tribunal Oral Federal 2, que estableció la ejecución de veinte propiedades para cumplir con el decomiso ordenado en la causa Vialidad por la suma de 685 mil millones de pesos.
El juez Jorge Gorini había dispuesto el 18 de noviembre comenzar la ejecución de los bienes de los nueve condenados, de forma solidaria, hasta llegar al monto total de $684.990.350.139,86. Como parte del proceso para efectivizar el decomiso, los bienes quedarán a cargo de la Corte Suprema de Justicia, según explicó Noticias Argentinas.
En su impugnación, la expresidenta consideró a la medida como "una nueva expresión del derecho creativo" que fue utilizado para perseguir primero a ella y luego a sus hijos. La defensa argumentó que todos los bienes de Máximo y Florencia son de "origen lícito", acreditado en fallos firmes y que fueron obtenidos legalmente de sus progenitores.
Los abogados de Fernández sostuvieron que estas características impiden que los bienes sean considerados como instrumento, producto o provecho del delito juzgado. Asimismo, cuestionaron que el tribunal haya ordenado desapoderar a los hijos de su clienta, ya que esa medida va en contra de criterios propios recientemente dictados.
Por su parte, Florencia y Máximo también apelaron la ejecución de 19 bienes cedidos por su madre con la advertencia de que esa acción implicaría un "desapoderamiento definitivo de bienes legítimamente adquiridos".
También pidieron la suspensión de las tasaciones, inscripciones registrales y cualquier acto que se realice para poner los activos bajo la órbita de la Corte Suprema u otra entidad.
Otra apelación de Cristina
Conforme a la información de la periodista Lucía Salinas para Clarín, la defensa de la expresidenta apeló la decisión de Gorini de restringir las visitas que ella recibe en San José 1111, vivienda en la que cumple su prisión domiciliaria por la causa mencionada.
En otro escrito, sus letrados solicitaron dejar sin efecto las pautas impuestas, que consisten en recibir solamente un máximo de tres personas por dos horas y no más de dos veces por semana.
