Las elecciones legislativas del 26 de octubre redefinieron el mapa político nacional con un fuerte respaldo a La Libertad Avanza (LLA), que logró ampliar su representación en la Cámara de Diputados y Senadores, para consolidarse como la principal fuerza del país.
El oficialismo obtuvo el 40,70% de los votos frente al 31,68% de Fuerza Patria y sus aliados, imponiéndose en 16 provincias, entre ellas Buenos Aires, donde la lista encabezada por Diego Santilli alcanzó el 41,45%, apenas por encima del 40,91% del peronismo. El resultado marca un cambio drástico respecto a las elecciones locales de septiembre, cuando el peronismo había aventajado al oficialismo por 14 puntos.
Con esta elección, LLA pasará de tener 37 a 93 bancas en la Cámara Baja desde el 10 de diciembre, superando ampliamente el objetivo planteado por Javier Milei de alcanzar un tercio del recinto. El espacio oficialista había puesto en juego ocho bancas y logró sumar 64, lo que representa una ganancia neta de 56 escaños.
En contraste, Fuerza Patria mantendrá 97 diputados, aunque perdió cuatro lugares respecto del período anterior. Otras fuerzas, como Provincias Unidas, el PRO y la UCR, reducirán su presencia, mientras que el Frente de Izquierda quedó con cuatro representantes. Estos bloques menores podrían desempeñar un rol clave como árbitros en futuras votaciones.
En el Senado, el oficialismo también amplió su representación: pasará de siete a veinte bancas, quedando a 17 del quórum propio, un escenario que abre la puerta a acuerdos con sectores dialoguistas.
Tras los resultados, Milei celebró el avance libertario y convocó al diálogo a gobernadores y bloques provinciales para iniciar “la etapa más reformista de la historia”. Además, destacó la implementación de la Boleta Única de Papel, a la que calificó como un paso decisivo que “termina con la trampa” electoral.
