El Gobierno anunció que no habrá más subsidio de las tarifas de luz y gas para comercios, industrias y pequeñas y medianas empresas (PyMEs), restringiendo la asistencia estatal exclusivamente a los sectores más vulnerables. La medida fue expuesta durante la última audiencia pública llevada a cabo por el Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía.
Salvador Gil, funcionario a cargo de Energía, explicó que «el nuevo esquema no contempla ningún tipo de subsidio a las actividades productivas», argumentando que no es viable mantener precios liberados y subsidiar la energía al mismo tiempo. Se estima que al menos 100 mil empresas se verán afectadas por la decisión.
Entre los detalles que brindó el área nacional, señalaron que el nuevo esquema de la Canasta Básica Energética (CBE) priorizará únicamente las necesidades humanas básicas, eliminando los subsidios a la demanda no residencial.
Según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires y el CONICET, los incrementos en las tarifas afectarán especialmente a los comercios y PyMEs.
Es así que, luego de la quita de subsidios, los pequeños comercios, con una potencia de 10 KW y un consumo de 1.200 kwh/mes, experimentaran un incremento del 276% en el precio mayorista de la energía, pasando de abonar $64.775 a $266.213 en febrero, con impuestos incluidos. En tanto, los pequeños usuarios industriales, con una potencia contratada de 35 KW y un consumo mensual de 6.500 Kwh/mes, enfrentaran un aumento del 178%, abonando $274.875 en enero y $1.060.187 en febrero.
Esta medida podría tener un impacto significativo en la economía del país, especialmente en el sector productivo. Con cada vez menos subsidios y aumentos constantes en las tarifas, las empresas enfrentarán mayores desafíos para mantener sus operaciones a flote y no trasladar los nuevos valores a los productos.
Ante este escenario, el Gobierno anticipó el lanzamiento de un programa de eficiencia energética, con financiamiento del Banco Mundial, destinado a otorgar créditos a comercios y pymes. El objetivo es que puedan modernizar sus equipos eléctricos, aumentando su eficiencia y reduciendo costos operativos. Este proyecto podría ser una herramienta clave para contrarrestar los efectos negativos de la eliminación de los subsidios en el sector empresarial y comercial.
