Micaela Sánchez, tesorera de Sur Finanzas y detenida desde hace una semana junto con dos choferes de la financiera de Ariel Vallejo, negó haber cometido delitos, por lo que se prevé poco probable que vaya a convertirse en arrepentida y testifique desde esa condición en la causa que investiga a esa firma ligada al presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia.
La tesorera dio su versión de lo ocurrido el jueves pasado, cuando quedó presa, acusada de intentar destruir u ocultar prueba, en medio de un allanamiento en un depósito de Sur Finanzas en la localidad de Turdera.
Sánchez pidió ampliar su indagatoria ante el juez federal de Lomas de Zamora Luis Armella y la fiscal Cecilia Incardona. En ese marco, había una fuerte expectativa sobre su declaración porque el último fin de semana se le ofreció ser imputada colaboradora en el caso.
Pero la mujer al final sólo presentó el escrito sin responder preguntas y proclamó su inocencia, por lo no estaría contemplando la posibilidad de arrepentimiento.
Sánchez afirmó que fue al depósito con otros dos empleados a buscar los equipos informáticos para ponerlos a punto porque los necesitaban para una sucursal, pero no brindó datos sobre quién le había dado la orden. Los tres detenidos pidieron nuevamente la excarcelación o, al menos, el arresto domiciliario.
La tesorera se autodefinió como empleada administrativa y único sostén de una hija menor de edad. Contó que comenzó como cajera y luego se dedicó a otras funciones vinculadas a la logística. Relató que cuando empezaron los problemas judiciales de Sur Finanzas tuvo miedo de perder el trabajo y por eso se concentró en que “la empresa continúe funcionando”.
Sobre el día de su detención, comentó el trayecto que realizaron desde que llevaron las computadoras a un técnico hasta que volvieron al galpón de Turdera a dejar una que no podía usarse. Dijo que en ese momento fue cuando vieron a una camioneta (el vehículo policial que estaba allí por el allanamiento), pensaron que podían robarles y se fueron.
En el escrito recordó que entregó su celular y clave de acceso y negó que hayan buscado ocultar en la camioneta cinco teléfonos secuestrados. Reiteró que no quiso “nunca” ocultar o destruir pruebas, que es la principal acusación de la fiscalía en su contra.
Los otros dos detenidos también presentaron escritos y dieron explicaciones que se mostraron en línea con las de Sánchez.
Tras su detención, la fiscalía le ofreció a la tesorera declarar como imputada colaboradora. “Sigo órdenes” se limitó a responder durante su primera indagatoria, sin responder ningún tipo de pregunta.
