En medio de una creciente tensión con el sector agropecuario, el presidente Javier Milei mantuvo este su primer encuentro formal con los representantes de la Mesa de Enlace en el predio de La Rural de Palermo. La reunión, que se extendió por casi dos horas, finalizó sin declaraciones del mandatario, quien se retiró sin pasar por la pista ni dialogar con la prensa.
El encuentro fue promovido por el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, quien días atrás había entregado personalmente la invitación a Milei para asistir a la apertura de la Exposición Rural, que se celebrará del 17 al 27 de julio.
Del lado de las entidades agropecuarias participaron Lucas Magnano (Coninagro), Andrea Sarnari (Federación Agraria Argentina) y Carlos Castagnani (Confederaciones Rurales Argentinas).
Todos llegaron con una agenda cargada de demandas: el regreso de las retenciones a la soja y el maíz, la modificación en la estructura del INTA y el INASE, y la falta de rentabilidad en algunas actividades productivas.
Previo al inicio del encuentro, Pino había planteado públicamente una nueva crítica al Gobierno por el estado de la infraestructura vial. “Es calamitoso el estado de las rutas. No solo se complica transitar, sino que ponemos en riesgo la vida todo el tiempo”, señaló en declaraciones a Radio Mitre. “Necesitamos que lo producido también se pueda transportar”, agregó, remarcando que el reclamo no es exclusivo del campo sino de toda la sociedad.
Aun con los cuestionamientos, el titular de la SRA valoró el gesto político de Milei: “Tenemos expectativas y estamos muy contentos porque venga el Presidente a conversar con la Mesa de Enlace. Me parece que los gestos valen más que las palabras”.
También intentó moderar el tono del malestar: “La actividad del campo es muy amplia, hay producciones con márgenes muy finos, pero también sectores como la ganadería que están viendo buenos números”.
La reunión tuvo lugar pocos días después de que el Gobierno revirtiera la baja temporal de retenciones para la soja y el maíz. Desde el 30 de junio, ambos cultivos volvieron a tributar al 33% y 12% respectivamente, lo que generó una fuerte reacción del agro.
Según un informe reciente de CREA, con esos niveles de presión fiscal, el 80% del área sembrada con soja queda por debajo del umbral de rentabilidad si se toman como referencia los rindes promedio de los últimos cinco años.
El malestar no es nuevo. Desde Carbap ya habían expresado su descontento por la falta de diálogo con el Ejecutivo antes de la reimposición de retenciones. “Este Gobierno todavía no cumplió nada”, dijo recientemente el presidente de la entidad, Ignacio Kovarsky, quien calificó los derechos de exportación como “un robo” y aseguró que la situación del productor “ya no da para más”.
Además de la cuestión impositiva, los representantes rurales plantearon en el encuentro con Milei otros reclamos clave: la necesidad de que las reducciones de retenciones sean graduales pero definitivas, la recuperación de la autonomía del INTA —que dejó de ser un organismo descentralizado— y la revisión de la barrera sanitaria patagónica, que impide el ingreso de carne con hueso desde el norte.
Pese al hermetismo oficial, desde el sector valoraron el gesto de apertura, aunque con reservas. “Es todo un gesto que el Presidente nos reciba, sobre todo en un momento tan convulsionado”, destacó Pino. Sin embargo, advirtió: “El diálogo tiene que venir acompañado de decisiones concretas”.