El líder opositor ruso Alexei Navalny murió hoy repentinamente en la prisión ártica en la región de Yamalo-Nenets, donde cumplía condena desde diciembre pasado. La noticia fue dada por el servicio penitenciario de la región.
El comunicado oficial señalo: “Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, y agregaba “El 16 de febrero de 2024, en el centro penitenciario N°3, el prisionero Navalny A.A. se sintió mal después de un paseo”.
El opositor purgaba una pena de 19 años de cárcel por “extremismo”.
Según el Kremlin, aun no hay información sobre las causas la muerte de Navalny. El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, afirmó que “los médicos tienen que aclararlo”, y que el presidente Vladimir Putin, ya “fue informado”.
Según la portavoz de Navalny, los correligionarios del opositor no tienen aún confirmación del deceso. Su abogado partirá en breve hacia Yamalo-Nénets.
En diciembre pasado, Navalny había sido trasladado desde una cárcel de la región de Vladimir a una prisión del circulo Polar Artico, cerca de la cordillera de los Urales. Según uno de sus colaboradores en el exilio, Iván Zhdánov, la cárcel lleva el nombre de “Lobo polar” y es considerada una de las prisiones más lejanas de la civilización de toda Rusia.
Quién fue Alexei Navalny
Se trata de quien, en el último tiempo, fue el principal opositor a Vladimir Putin, llegando a confrontar y denunciar la corrupción de las elites rusas. De hecho, Navalny siguió su lucha aun después de haber sobrevivido a un envenenamiento.
Navalny se recuperó en Berlín, mientras tres laboratorios europeos concluían que había sido víctima de una sustancia neurotóxica del grupo de Novichok, creada en la era soviética para fines militares.
La respuesta de Navalny no se hizo esperar: a mediados de diciembre de 2020, difundió una conversación telefónica en la que desenmascaraba a uno de los agentes de los servicios de seguridad rusa (FSB) para que admitiera que quisieron envenenarlo.
El opositor sostuvo, convencido, que su envenenamiento había sido orquestado bajo la orden directa del presidente Vladimir Putin, quien rechazó todas las acusaciones.
En enero de 2021, Navalny decidió regresar a Rusia, pero fue detenido ni bien llegó al aeropuerto de Moscú.
Sin embargo, no fue la primera vez que Navalny enfrentaba las consecuencias de alzar la voz contra el Kremlin. En 2019 ya había sido trasladado a un hospital desde la cárcel en la que cumplía una sentencia tras un arresto administrativo, por lo que su equipo dijo que era un presunto envenenamiento, al sufrir una extraña hinchazón de los párpados y múltiples abscesos en el cuello, espalda, torso y codos. Los doctores señalaron entonces que sufrió una grave reacción alérgica y le dieron el alta para regresar a prisión al día siguiente.
En 2017, fue atacado por varios hombres que le arrojaron un antiséptico a la cara, causándole daños en un ojo.
También fue arrestado en 2012 y 2014, arrestos que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró como violatorios de los derechos humanos, fallo que Moscú consideró cuestionable.