El escritor Nicolás Márquez, biógrafo oficial y figura cercana al presidente Javier Milei, quedó en el centro de la polémica luego de poner en duda la denuncia por abuso sexual que la modelo Julieta Prandi presentó contra su exmarido, Claudio Contardi, recientemente condenado a 19 años de prisión.
La controversia comenzó cuando, tras conocerse el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de Zárate-Campana, Márquez publicó un mensaje en la red social X cuestionando el testimonio de la conductora. “Me cuesta creer que una mujer mediática haya vivido ‘secuestrada’ y abusada sexualmente durante años por su propio marido. ¿Cómo hizo para vivir por año bajo ‘secuestro’ sin escaparse?”, escribió.
En su publicación, el autor agregó: “Cualquier mujer con dos dedos de frente y cierto nivel cultural, al ser golpeada o abusada por su esposo, se separa en el acto y hace la denuncia pertinente”. También sugirió que el testimonio de Prandi podría estar influenciado por su actual pareja: “¿Cómo se prueba que fue ‘abusada’ si no es por testimonios de sus amigos o de su actual pareja —un tal Emanuel Ortega que bien podría declarar en contra por celos de su pareja anterior—?”.
El fallo judicial, declaró culpable a Contardi por abuso sexual agravado con acceso carnal en un contexto de violencia de género, validando la declaración de la modelo. Sin embargo, Márquez insistió en su escepticismo: “Ni uno solo fue ‘testigo’ presencial del ‘secuestro’, ni mucho menos de los abusos sexuales denunciados, y cuya única prueba es el testimonio de la persona que dice haber padecido tal cosa. Conclusión: no me cierra nada”.
Las declaraciones generaron una fuerte reacción en redes sociales, con críticas de usuarios y figuras del espectáculo que salieron a respaldar a Prandi. Ante la presión, Márquez borró el tuit original.
Horas más tarde, publicó un nuevo mensaje en el que intentó explicar su decisión: “El cúmulo de imbéciles que opinan de derecho sin saber derecho y atacan con cuentas falsas, por haber cometido el ‘pecado’ de poner en duda la verosimilitud de una denuncia sin testigo alguno en base a un supuesto episodio acontecido muchos años atrás me obligó a borrar el tuit”.
Finalmente, cerró con un tono confrontativo: “No tengo ganas de pasar el miércoles atendiendo decenas de boludos e ignorantes que agreden sin brindar un solo argumento y encima con perfiles de existencia física improbable. Bye”.