La jueza federal María Servini dictó el procesamiento sin prisión preventiva del cabo primero de Gendarmería Nacional Héctor Jesús Guerrero por las lesiones graves que provocó al fotoperiodista Pablo Nahuel Grillo durante la marcha por los jubilados del 12 de marzo pasado en las cercanías del Congreso.
También se le imputó a Guerrero el delito de abuso de armas agravado por su condición de miembro de una fuerza de seguridad. Para la Justicia, el gendarme disparó en seis oportunidades fuera de protocolo. La resolución fue firmada este martes en el Juzgado Criminal y Correccional Federal 1 de la Ciudad de Buenos Aires.
Al día siguiente del episodio, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió el accionar de las fuerzas: "Ese disparo de una granada de gas lacrimógeno lo que hizo fue rebotar en el piso o una estructura metálica muy dura y quemada que ellos mismos habían puesto ahí como una barricada. Y por mala suerte, como el fotógrafo estaba sacando una foto tirado en el piso, en el rebote le pegó en la cara... se tiró la granada correctamente", sostuvo aquella vez.
La instrucción judicial reconstruyó el momento en que Guerrero disparó una pistola lanza gases en forma horizontal y antirreglamentaria desde la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís.
Un cartucho calibre 38 mm de gas lacrimógeno impactó en la cabeza de Grillo, quien se encontraba agachado tomando fotografías, a unos 47 metros de las fuerzas de seguridad. El proyectil atravesó una barricada en llamas y le provocó lesiones que le dejaron secuelas neurológicas y físicas de gravedad.
La resolución indicó que la identificación de Guerrero como autor del disparo se logró tras análisis de material audiovisual aportado por organismos de derechos humanos, medios periodísticos, la propia Gendarmería y la querella.
El Cuerpo Médico Forense detalló que Grillo sufrió una "herida contuso compleja en rostro región mediofrontal, fractura expuesta de cráneo frontotemporoparietal izquierda, hematoma subdural derecho y hematoma epidural izquierdo".
Como consecuencia de estas severas lesiones, el fotorreportero debió afrontar múltiples cirugías que lo mantuvieron internado en terapia intensiva durante meses, en los que se debatió entre la vida y la muerte.