El secretario de Trabajo, Julio Cordero, defendió hoy el proyecto de reforma laboral y aclaró que se “va a aplicar para los nuevos” empleos y que las relaciones “anteriores tienen los derechos consagrados”. De esta forma puso final a las idas y vueltas en el oficialismo sobre los alcances de la nueva normativa que regirá el empleo.
Las declaraciones del titular de la cartera laboral fueron durante el inicio de la discusión de la ley en la Cámara alta, en un plenario de las comisiones de Trabajo y Previsión Social; y de Presupuesto y Hacienda.
Cordero sostuvo que muchas personas en la actualidad prefieren ser “autónomas” y que, para la relación de dependencia, se trata de devolver el “poder de organización” y “control” al empleador. “Si una relación llegara a ser riesgosa, en vez de estar fomentando, estamos perjudicando”, consideró.
En ese marco, subrayó que la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, dio una orden para que “se conservaran los derechos esenciales de los trabajadores”. Así terminó aclarar esta cuestión, luego de que el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, dijera en los días previos que la reforma iba a ser retroactiva, ya que alcanzaría a la totalidad de los trabajadores.
Esto había sido eje central de las críticas del kirchnerismo a la iniciativa. Al respecto, el senador camporista Mariano Recalde cuestionó: “El empleo no está estancado, sino en caída. Se perdieron 250.000 puestos y cerraron 22.000 empresas, según ARCA. Nunca una ley laboral logró que se genere empleo, en la Argentina y en el mundo".
El dirigente opositor criticó también la falta de beneficios para los repartidores que trabajan en plataformas; modificaciones en indemnizaciones “a favor del empleador”; la eliminación de la participación de utilidades; los “salarios dinámicos”; el fraccionamiento de vacaciones; la eliminación del preaviso en el período de prueba; el pago en cuotas de sentencias; la “fantasía” del banco de horas; y los nuevos límites de las jornadas laborales, entre otros ítems.



