Antes del inicio del velatorio de Alejandra “Locomotora” Oliveras en la Legislatura de Santa Fe, se presentó una denuncia penal que generó un fuerte impacto en la despedida pública de la exboxeadora. La acusación provocó la suspensión de la cremación y dio lugar a una investigación judicial sobre las causas de su fallecimiento.
El fisiculturista Aldo Parodi, asesorado por la abogada Patricia Noemí Apesteguy, solicitó que se investigue la muerte de Oliveras bajo la sospecha de que fue sometida al suministro de sustancias prohibidas, lo que podría haber derivado en su deceso. En el escrito judicial, se pide indagar la posible comisión de un “doping seguido de homicidio”, dentro de una denuncia penal por “averiguación de delito” contra quienes habrían proporcionado anabólicos esteroides a la excampeona mundial de boxeo.
“El uso de anabólicos esteroides (estética) sin finalidad terapéutica genera graves consecuencias en nuestro cuerpo y de hecho la impresionante masa muscular de la víctima nos habla de un consumo sostenido en el tiempo, existiendo entonces facilitadores de dichas sustancias prohibidas”, argumentó el denunciante.
La denuncia además señala que la causa definitiva de la muerte se conocerá con los resultados de la autopsia, especialmente tras un estudio toxicológico exhaustivo que permita identificar las sustancias y las cantidades que habría consumido Oliveras. Se pidió también el secuestro de su historia clínica y que las muestras de sangre y orina sean analizadas en un laboratorio acreditado por la autoridad mundial antidopaje.
El escrito judicial resalta que existen numerosos antecedentes médicos y científicos que vinculan el consumo indiscriminado de esteroides anabólicos con accidentes cerebrovasculares (ACV), reforzando la hipótesis sobre un posible nexo causal entre estas sustancias y la muerte de la deportista.
Finalmente, se solicitó el secuestro urgente de los dispositivos electrónicos personales de Oliveras y de su círculo íntimo —entrenadores, médicos y allegados— para acceder a conversaciones y pruebas que puedan esclarecer quiénes habrían suministrado las sustancias prohibidas.
La denuncia concluye con una afirmación contundente: “La famosa Locomotora Oliveras, otra víctima fatal más de la mafia del doping”.
La familia de Alejandra Oliveras organizó un velatorio abierto al público que se extendió hasta las 21 horas en la Legislatura de Santa Fe. Durante la mañana, de 7 a 16, se realizó una ceremonia privada para despedir a la jujeña junto a sus seres queridos. A partir de las 16, los fanáticos comenzaron a hacer fila para ingresar al recinto, y media hora después llegó el féretro cubierto por una bandera argentina, momento en que todos los presentes se unieron en un emotivo aplauso.