¿No notaron un clima más benigno en los titulares de los diarios?
Todo indica que Clarín y el Gobierno han pactado una tregua, muy al estilo congelamiento de precios del saliente Guillermo Moreno.
El «Coqui» Capitanich es poco menos que el hábil General Perón del primer gobierno. Axel K y YPF son las cartas salvadoras de los argentinos. La Presidenta aparece sonriente y no la fustigan desde los titulares. En TN los funcionarios volvieron a desfilar como antaño.
¿Está todo bien entonces? ¿Se acabó la adecuación a la Ley de Medios? ¿Clarín no miente más y Cristina es la moderada presidenta de centro derecha que las corporaciones anhelan?
Está claro que no. No existe batalla que no tenga pausa. Cada tanto, los contendientes bajan las armas, se sientan a descansar y pensar e siguiente paso. Y también a negociar, por supuesto. La salida de «Maravilla» Moreno fue una excelente noticia para el mundo empresarial. Lo mismo el corrimiento de Juan Manuel Abal Medina, que fustigaba desde los medios oficiales sin miramientos. La pérdida absoluta de poder de Amado Boudou es poco menos que tirarlo a los leones.
El Gobierno entregó a tres pesos pesados (HernánLorenzino no era poco menos que un títere del Vicepresidente, acosado por los escándalos de corrupción y la imagen negativa). A cambio ganó aire, mientas se analiza el proyecto de desinversión del Grupo Clarín.
Por supuesto el Gran Diario Argentino seguirá poniendo en primera plana temas con la inflación y la inseguridad, y Sergio Massa sumará más y más páginas en su construcción como El Candidato mientras Daniel Scioli sigue sentado en la sala de espera.
En el Gobierno, aún golpeados por las elecciones por más que no se diga, esperan pasar las fiestas en paz… y que las malas noticias vengan de la socialista Santa Fe y «sus» problemas con el narcotráfico.
Al estilo del congelamiento de precios morenista, hay una sola certeza: el vencimiento del plazo del pacto viene con una virulenta subida de tono.