Durante el Tedeum de 2025, el arzobispo Jorge García Cuerva aprovechó su plataforma en la Catedral Metropolitana para criticar la situación social que atraviesa Argentina. Frente al presidente Javier Milei, cuestionó directamente la falta de respuestas ante lo que él llamó "generaciones que deben seguir reclamando por jubilaciones dignas".
En su intervención, García Cuerva destacó la profunda desigualdad entre quienes se esfuerzan diariamente y aquellos que disfrutan de privilegios. "Argentina sangra en la inequidad entre los que se laburan todo y los que han vivido de privilegios", expresó, señalando que estos últimos se han distanciado de la realidad cotidiana. También hizo un llamado a Dios para que "nuestra Argentina se cure y viva", manifestando su preocupación por la pérdida de valores como la fraternidad y el respeto, afirmando que "si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro".
El arzobispo continuó reflexionando sobre el desencanto que siente la ciudadanía debido a "años de promesas incumplidas y estafas electorales", lo que ha llevado a muchos a perder el interés por participar en los procesos democráticos. Con una visión clara sobre los desafíos del país, advirtió que "nuestro país sangra", haciendo referencia a la situación de muchos que sufren marginalidad y exclusión. También se refirió a las problemáticas del narcotráfico, describiéndolo como un "Estado paralelo" en ciertos barrios.
El recuerdo del Papa Francisco y la crítica a la agresión digital
En el primer Tedeum tras la muerte del Papa Francisco, el arzobispo porteño también hizo referencia al vínculo entre Milei y el Sumo Pontífice, que pasó de la hostilidad al respeto institucional. Sin embargo, García Cuerva evitó centrarse en esa relación personal y dedicó su atención a las redes sociales, denunciando el "terrorismo digital" y los discursos de odio que se volvieron moneda corriente.
“Hemos pasado todos los límites: la descalificación, el destrato, la agresión constante. Necesitamos diálogo, forjar la cultura del encuentro y frenar urgentemente el odio”, insistió.
El ingreso de Milei y el desplante a Villarruel
El Presidente llegó caminando desde la Casa Rosada, escoltado por su hermana y secretaria general, Karina Milei, y ministros como Guillermo Francos, Gerardo Werthein y Luis Petri. En la Catedral, saludó afectuosamente a José Luis Espert, pero evitó estrechar la mano del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y de su vicepresidenta, con quienes comparte tensiones desde fines de 2023.
Villarruel, vestida con un traje rosa, ingresó poco antes al templo y quedó posicionada cerca de Macri. Fue el arzobispo García Cuerva quien, al finalizar el saludo a Milei, se dirigió a ella para un saludo cordial, marcando una diferencia simbólica.