En medio de una crisis universitaria cada vez más aguda debido a la falta de actualización de los fondos proporcionados por el gobierno nacional, la situación alcanzó un punto crítico que impacta directamente en la salud pública. El emblemático Hospital de Clínicas, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA), se vio obligado a cancelar cirugías debido a la escasez de insumos y recursos financieros.
El director del Hospital, Marcelo Melo, describió la situación como «muy delicada», subrayando la dependencia crítica del presupuesto para el funcionamiento adecuado del centro de salud. «El presupuesto es para la compra de los insumos, medicamentos, los descartables, medicamentos de alto valor, el mantenimiento de la aparatología, el seguro de los aparatos, que es muy caro», explicó Melo en declaraciones a Radio Mitre.
La falta de recursos llevó a una reducción significativa en la actividad del hospital, con una disminución del funcionamiento del 30 al 40%. «Las cirugías se han limitado a casos de extrema urgencia, mientras que la atención se ha centrado en fracturas, infecciones y casos oncológicos», sostuvo el director del centro sanitario universitario.
La situación se ve agravada por el aumento descontrolado de los precios de los insumos médicos, con un presupuesto congelado mientras la inflación reportada por el Indec alcanza el 270%.
Además del impacto en la atención médica, la crisis presupuestaria también está afectando gravemente a los trabajadores del hospital. En este sentido, el titular del Hospital de Clínicas reclamó: «los profesionales del Hospital cobran sueldos que están por debajo de la línea de pobreza, es una locura total».
La situación crítica de la salud pública se agrava aún más por la situación de las universidades públicas en general. La Universidad de Buenos Aires denunció que su funcionamiento está en riesgo debido a aumentos de tarifas superiores al 500%. El vicerrector, Emiliano Yacobitti, advirtió que si el Gobierno no revisa esta situación, es probable que los hospitales universitarios se vean obligados a dejar de atender pacientes nuevos para destinar el presupuesto disponible a los pacientes internados.
Este escenario afectaría no solo la atención médica, sino también la capacidad de realizar prácticas en las facultades de ciencias de la salud, lo que tendría un impacto negativo a largo plazo en la formación de profesionales médicos en el país.
Ante esta situación crítica, diversas facultades de la UBA han llevado a cabo clases públicas como medida de protesta para visibilizar sus necesidades y exigir una solución urgente a la crisis presupuestaria que amenaza la salud pública y la educación universitaria en Argentina.
