El reciente informe de perspectivas económicas globales del FMI para abril desencadenó una serie de debates en torno a la situación económica de Argentina. Las cifras presentadas por el organismo internacional contrastan con las optimistas declaraciones del Gobierno, evidenciando un notable deterioro en las previsiones económicas del país.
Desde el cambio de Gobierno, las expectativas respecto al crecimiento económico argentino para este año sufrieron un giro drástico. Mientras que inicialmente se esperaba una expansión del 2,8% del PBI, las últimas proyecciones del FMI presentadas el lunes, indican una caída del mismo porcentaje. Este cambio se acompaña de un alarmante aumento en las estimaciones de inflación. Mientras que el FMI proyectaba una inflación anual del 69,5% para este año en octubre del año anterior -basando su análisis en los proyectos presentados por el entonces ministro de Economía, Sergio Massa-, ahora prevé que la tasa de inflación alcance casi el 150%, tras las elecciones de Luis Caputo.
Estas nuevas estimaciones del FMI reflejan la volatilidad y los cambios en el panorama económico argentino durante los últimos seis meses, marcados por el triunfo de Javier Milei, y el cambio significativo en la política económica.
Factores detrás del cambio de expectativas
El deterioro en las previsiones económicas no es un fenómeno exclusivo de las últimas semanas. El informe WEO del FMI es semestral, con dos reportes detallados al año y dos actualizaciones adicionales. En la actualización de enero, el organismo ya había ajustado sus previsiones, y la versión de abril proporciona un mayor detalle sobre estos cambios.
Los eventos que han influido en estas modificaciones incluyen la corrida contra el peso en los mercados paralelos después de las PASO de agosto, la devaluación posterior a esas elecciones, el aumento en el gasto durante la campaña electoral y, sobre todo, el cambio radical en la política económica tras el cambio de Gobierno.
Contraste con las proyecciones anteriores
Comparando las proyecciones actuales con las estimaciones de octubre pasado, las diferencias son evidentes. Mientras que anteriormente se esperaba un crecimiento del PBI del 2,8% y una inflación del 69,5%, las cifras actuales muestran una contracción económica y una inflación significativamente más alta.
Estos cambios se deben a la acumulación de eventos y decisiones políticas y económicas durante los últimos meses, que no fueron contemplados en las estimaciones anteriores del FMI.
Perspectivas futuras
A pesar del deterioro en las previsiones de corto plazo, el FMI mantiene una visión optimista sobre el futuro económico de Argentina. Se espera un rebote económico sólido para 2025, con un crecimiento del 5% del PBI y una inflación promedio del 59,6%, siempre y cuando las políticas implementadas logren estabilizar la economía.