Crece la tensión entre México y Ecuador: la intervención de Argentina

Por: #BorderPeriodismo

La Cancillería, a través de Diana Mondino, emitió un comunicado para repudiar la situación de Jorge Glas, quien se encontraba asilado en la sede diplomática mexicana en Quito al momento de ser detenido, y pidió que se respeten las obligaciones que surgen de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas: «Como Estado Parte de la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 que ha otorgado recientemente esta condición a dirigentes políticos venezolanos y se encuentra a la espera de la emisión de los correspondientes salvoconductos, la República Argentina se une a los países de la región en la condena a lo sucedido anoche en la Embajada de México en Ecuador», reza el documento.

El pedido que emitió la cartera que tiene al frente a Diana Mondino solicita “la plena observancia de las disposiciones de aquel instrumento internacional, así como de las obligaciones que surgen de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”. Esta declaración de Argentina se da en el contexto de la detención del ex compañero de gestión de Rafael Correa dentro de la Embajada de México en Quito y tuvo como consecuencia inmediata la decisión del país que conduce Manuel López Obrador de romper las relaciones bilaterales y generó tensión en el resto de la región.

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AMLO desde su cuenta de X denunció que “la Policía ecuatoriana entró por la fuerza a la Embajada de México en Quito”, mientras que la oficina del presidente Daniel Noboa señaló en un comunicado que había detenido a Glas. El mismo fue vicepresidente entre el 2013 y el 2017, luego fue condenado por la Justicia por corrupción y malversación de fondos. Permanecía en la legación diplomática desde diciembre cuando fue el beneficio fue otorgada por el país azteca.

El gobierno ecuatoriano insiste en que el asilo a Glas fue un “acto ilícito”, ya que el exfuncionario es requerido por presunto peculado y las convenciones internacionales dictan que esa figura no aplica para delitos comunes, según un comunicado. En eso se basaron para justificar su detención y enviarlo desde ese entonces a una comisaría, conocida en Ecuador como Unidad de Flagrancia, ubicada en el centro-norte de Quito.

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