En medio de una crisis alimentaria que afecta a miles de familias, el ministerio de Capital Humano, encargado de proveer recursos a los comedores comunitarios. Organizaciones sociales y representantes de comedores comunitarios -donde se alimentan a diario a miles de chicos a diario- denunciaron que la cartera a cargo de Sandra Pettovello, a pesar de haber firmado convenios en febrero con iglesias evangélicas y Cáritas, aún no ejecutó los recursos necesarios para garantizar la alimentación de quienes más lo necesitan.
Según declaraciones de estas organizaciones, durante enero el gobierno no ejecutó ningún peso destinado a los comedores comunitarios. En febrero, si bien se firmaron algunos convenios, aún no se materializaron los fondos necesarios para abastecer a estos centros de asistencia. Esta situación generó una escasez alarmante de alimentos básicos como fideos, harina, polenta y arroz en los comedores, lo que resulta en una alimentación deficiente y malnutrición para quienes dependen de ellos.
Los referentes de los comedores señalaron que si bien el gobierno ha expresado su compromiso con el cumplimiento de metas económicas, como el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la forma en que se están llevando a cabo estas medidas está dejando desprotegidos a los sectores más vulnerables de la sociedad.
A tres meses de asumir, la gestión del ministerio de Capital Humano es objeto de críticas por las continuas dilaciones en materia de asistencia a los más vulnerables. Es que, a pesar de las promesas de tener una «billetera abierta», la ejecución presupuestaria es nula, lo que generó incertidumbre y descontento entre las organizaciones que dependen de estos recursos para alimentar a los más vulnerables.
Según datos del Centro de Economía Política (CEPA), solo se ejecutaron $134 mil millones en políticas alimentarias, de los cuales $132 mil millones fueron destinados a la Tarjeta Alimentar, dejando apenas $10 mil millones para los comedores. Programas como Comedores Escolares, Plan Nacional Argentina contra el Hambre, Proyecto Focalizado, Acciones Focalizadas en Personas Celíacas, Pro Huerta y Proyectos Especiales no han sido ejecutados.
El presidente de ACIERA, Christian Hooft, reveló que el convenio firmado con Capital Humano significaba solo $100 mil por única vez para cada comedor, lo cual resulta insuficiente para cubrir los gastos operativos y logísticos.
Sumado a esto, la falta de interlocutores en el ministerio complicó aún más la comunicación y el intercambios con las organizaciones sociales, que ven obstaculizado su trabajo por la falta de coordinación. Los acuerdos con las iglesias tampoco tuvieron éxito. Los representantes de Cáritas y de las iglesias evangélicas con las que firmó convenios Pettovello aguardan -a un mes de la firma- que el Gobierno efectivice la entrega de fondos.
Reclamos en primera persona
«Ahora sabemos exactamente qué pasa con cada bolso de comida que se reparte», dijo Javier Milei en su discurso de apertura de sesiones ordinarias. Sin embargo, desde organizaciones que sostienen comedores en barrios populares desmienten que el Gobierno haya iniciado la distribución de alimentos, en un marco de incremento inflacionario que profundiza la emergencia alimentaria.
Es el caso del comedor Los Gurises que funciona en el distrito bonaerense de Moreno, donde Jorge Conti alimenta a mil chicos. «Los pibes la están pasando mal, la están pasando cada vez peor», sostuvo Conti.
«Los privados lo estamos bancando. Somos un pequeño grupito solidario, ponemos unos pesos cada uno para bancar a los comedores, pero cada vez las cosas están más caras. Nos ataca la inflación y cada vez hay más necesidades«, precisó.
El referente social afirmó que el año anterior podían entregar seis comidas por semana para los 1050 niños a los que asisten: «Ahora empezamos a tener un par de días menos a la semana porque la comida cuesta un montón. La inflación nos está matando, el Gobierno no te da nada. Hay muchos comedores que antes bancaban los políticos que desaparecieron, entonces la gente del barrio que antes no venía acá ahora viene», lamentó Conti.
«No sé qué es ser gerente de la pobreza. La pobreza está», analizó y concluyó diciendo: «Si ser gerente de la pobreza es salir a buscar a amigos que pongan plata por mes para ir a comprarle comida a los pibes, estoy orgulloso de ser un gerente de la pobreza. Yo hago lo que sea para que estos pibes tengan un plato de comida».
Según el Registro Nacional de Comedores y Merenderos Comunitarios (ReNaCoM) en el país hay 34.782 comedores en los que colaboran 134.449 personas: en cada uno comen hasta 300 familias por día y varios -principalmente los que no reciben asistencia de gobiernos provinciales o municipales- tuvieron que discontinuar sus actividades este año. Hasta el momento, el Ministerio de Capital Humano sólo difundió acuerdos con dos ONGs (Fundación Conin y Haciendo Camino) y dos instituciones religiosas (Cáritas y ACIERA), que serán intermediarios de sus transferencias.
