El autismo nos muestra formas diferentes de subjetividad, maneras distintas de ser en el mundo. Hablar de espectro autista es un intento por tratar de aprehender esa diversidad de arco iris. El desarrollo muestra un abanico de posibilidades y no se presenta como todo o nada sino como un continuo dimensional que nos sorprende con capacidades y potencial que exigen sistemas de apoyos para desplegarse. En otras palabras, con las ayudas necesarias los logros pueden ser notables en la comunicación y el lenguaje, en las habilidades sociales, en la interacción y en la progresiva flexibilidad. El “techo” pueden ponerlo nuestros prejuicios, la falta de apoyos o la negligencia de una sociedad que tiende a excluir y que muestra baja tolerancia a la diversidad y la sorpresa.